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ARMENIA, AL 30° ANIVERSARIO DE SU INDEPENDENCIA

10/7/2021

Tan soñada, tan ansiada e imaginada, la Armenia libre e independiente finalmente se hizo realidad hace treinta años. Nadie en su sano juicio, imaginaba que esta realidad transitaría por un camino florido, bajo un cielo despejado de nubes y acompañado de fondo con dulces melodías celestiales.

 

Sería utópico pensar que los setenta años del régimen soviético habrían transcurrido sin dejar sus profundas huellas. Una insoslayable especie política contaminada de corruptela y despotismo, apoderándose del mando, despojados de sensibilidad y patriotismo, avispados oportunistas adueñándose de los restos abandonados del sistema falleciente, configurando fortunas incalculables a partir del costo cero. Y el Pueblo. El pueblo ataviado con su manto de nobleza, sosteniendo a la patria, con el insobornable amor a su tierra, a su historia, a sus tradiciones, regándola con su sangre y sus lágrimas, elevándose como el genuino sostén de la joven República.

 

En los primeros años de la Armenia libre, la diáspora, su mayor fortuna, el más tangible capital para su prosperidad y desarrollo, con la ansiedad contenida por décadas de añoranza, llegó para abrazar a la tierra de sus ancestros, trayendo su pasión, su capacidad emprendedora y sus conocimientos para el progreso. Sin embargo, una muralla de contención construida por ineptos, corruptos y aprovechadores, formando una sociedad impenetrable, retrasaron por muchos años el fortalecimiento como República de la milenaria patria de los armenios.

 

Sobre el final del Siglo XX existen dos hitos ineludibles para la reflexión en el historial de los armenios, que de alguna manera, deberían servir para la construcción del futuro; el terremoto de Spitak del 7 de diciembre de 1988, con un impresionante número de fallecidos y heridos, destrucción material en cientos de localidades y la Guerra de Karabaj entre 1988 y 1994. La pérdida de vidas humanas de armenios, a través de toda su historia, por vías no naturales, es un tema que en mi recapacitación personal no he podido encontrar respuestas.

 

A pesar de todo, a lo largo de tres décadas, Armenia ha dirigido sus pasos hacia el fortalecimiento de su seguridad nacional, la construcción de una economía estable y la consolidación institucional de su Estado. Una república de pequeña dimensión intentando sostenerse en todos sus frentes, con vientos a favor y en contra. Débil en su dimensión estratégica, fundamentalmente en la integración masiva de su diáspora, poblada de capacidades estructurales y personales que le darían al país el crecimiento y la fortaleza que hoy aún carece.

 

A 30 años del paso hacia la independencia, aún persisten las dificultades de esta república joven con historia milenaria. La última guerra de Nagorno-Karabaj encarnó un duro golpe para toda la nación armenia; más del 70% de su territorio quedó bajo el control de Azerbaiyán y se han registrado cerca de 5.000 pérdidas humanas. Por otro lado, demarcación y delimitación territorial son términos que han sido impuestos en la agenda armenia, a partir del acuerdo trilateral de fin de la guerra, firmado el pasado 9 de noviembre entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia. En este contexto, las autoridades de Azerbaiyán exigen territorios históricos, que forman parte de la integridad territorial de Armenia. Al tiempo que intentan pisar los talones del gobierno armenio, penetrando en su suelo de manera ilegal. Desde el 12 de mayo, las tropas azeríes han invadido zonas del noroeste y el sur de la superficie armenia, lo que ha acarreado numerosas violaciones al régimen de alto el fuego.

 

Hoy la realidad exige un profundo replanteamiento de la situación, cuyos principales objetivos deberían ser las estrategias diplomáticas de alto nivel y la prioridad en la capacitación militar y el equipamiento armamentístico de última generación. La ubicación geopolítica de Armenia no deja lugar para ambigüedades.

 

AK

(Exclusivo para Diario Armenia)