El próximo 21 de septiembre la República de Armenia festejará los treinta años de su Independencia. Las calles de Erevan seguramente se cubrirán una vez más con los colores de su insignia patria, se instalarán multiplicidad de escenarios artísticos, miles de personas se volcarán a las calles, en una corriente inequívoca buscando la Plaza de la República, epicentro de los grandes acontecimientos, mientras las estrofas del Himno y las canciones patrióticas surgirán desde los rincones más insospechados de la ciudad.

 

Armenia aún no ha encontrado el rumbo correcto en éstos treinta años, una seguidilla de corrupción heredada de la era soviética, la obsecuencia de enfrascarse en sus propias creencias, sin permitir la libre participación de su valiosa diáspora en todos los sectores de la vida pública y la consabida génesis histórica de escasa habilidad y desenvoltura en las cuestiones políticas, han imposibilitado un posicionamiento elogiable en el terreno, social, económico e internacional del país. Aún siendo así, los valores patrióticos y naturales del ser armenio se mantienen como fortalezas inalterables frente a todo tipo de adversidades.

 

En medio de naturales convulsiones tras la guerra de Nagorno Karabaj, el partido de Nikol Pashinian, que llegara al poder en 2018 tras protestas multitudinarias contra las élites políticas, ha obtenido una sustanciosa mayoría en las elecciones parlamentarias del pequeño país del Cáucaso. Pashinian, primer ministro interino que tuvo que convocar a elecciones anticipadas para el domingo 20 de junio, por la crisis surgida tras la derrota frente a Azerbaiyán en dicha guerra y que se había convertido en blanco de las críticas de toda la oposición, ha obtenido un 53,9% de los votos, según datos finales de la Comisión Electoral. No obstante, su principal oponente, el expresidente Robert Kocharian (1998-2008) que obtuvo un 21%, habla de fraude en los comicios y ha declarado que no reconoce los resultados…??? Planea impugnarlos ante el Tribunal Constitucional.

 

De Pashinian digamos que llegó al poder tras la “Revolución de Terciopelo” y en posteriores elecciones, en las cuales triunfara por amplia mayoría, fue electo Primer Ministro, ejerciendo ese cargo desde el 8 de mayo de 2018. Es reconocido por sus intentos de terminar con la corrupción de gobierno, también por su perfil de austeridad y valores patrióticos, sin embargo, en la fase de política internacional ha demostrado una  incomprensible incapacidad y hasta manifiesta ingenuidad que Armenia no resiste. Sabemos bien de la difícil ubicación geopolítica del país. También sabemos quien impera el poder en la región y bajo que conceptos. El hecho de confrontar con semejante coloso, sin utilizar refinadas estrategias, poniendo a prueba la virtud de la habilidad, pone en duda la real capacidad de Pashinian.

 

De todos modos, la joven República va creciendo en cuanto a experiencias, dolorosas sin dudas, con el costo invalorable de vidas humanas, ha sido por siempre la Historia de los Armenios. Sabemos quiénes son nuestros enemigos, también nos resulta claro la indiferencia de los organismos y los países discursivos de los Derechos Humanos, pero ausentes a la hora de alzar la voz. Aglutinar fuerzas, construir un verdadero proyecto de país, fortalecerse organizadamente con una dinámica común con los connacionales del mundo.

 

La milenaria raza de Haik, inmortal e inquebrantable.

 

A.K.